AUDIMA

quarta-feira, 17 de novembro de 2021

The Summer Day Mary Oliver





The Summer Day

Who made the world?

Who made the swan, and the black bear?

Who made the grasshopper?

This grasshopper, I mean –

the one who has flung herself out of the grass,

the one who is eating sugar out of my hand,

who is moving her jaws back and forth instead of up and down –

who is gazing around with her enormous and complicated eyes.

Now she lifts her pale forearms and thoroughly washes her face.

Now she snaps her wings open, and floats away.

I don’t know exactly what a prayer is.

I do know how to pay attention, how to fall down

into the grass, how to kneel in the grass,

how to be idle and blessed, how to stroll through the fields

which is what I have been doing all day.

Tell me, what else should I have done?

Doesn’t everything die at last, and too soon?

Tell me, what is it you plan to do

With your one wild and precious life?




Dia de Verão               

Quem fez o mundo?

Quem fez o cisne e o urso negro?

Quem fez o gafanhoto?

Este gafanhoto aqui, digo…

Aquele que saltou do relvado

Que está a comer açúcar na minha mão,

Que move as mandíbulas para trás e para a frente em vez de cima para baixo

Que olha ao redor com os enormes e complexos olhos,

E agora levanta as patas lívidas e lava cuidadosamente o rosto

Ergue as asas abertas e voa para longe.

Não sei o que é exatamente uma oração.

Sei como prestar atenção, como tombar

Na relva, como me ajoelhar na relva

Como estar parado e feliz, como caminhar por entre os campos,

Que é o que tenho feito o dia todo.

Diz-me, o que mais poderia eu ter feito?

Não morrem as coisas no fim, e tão cedo?

Diz-me, o que planeias fazer,

com a tua única, selvagem e preciosa vida?




Día de verano               

Quién hizo el mundo?

Quién hizo el cisne y el oso negro?

Quién hizo el saltamontes?

Este mismo saltamontes, digo…

El que ha saltado de la hierba

Que está comiendo azúcar de mi mano,

Que mueve las mandíbulas de atrás adelante en vez de arriba abajo

Que mira alrededor con sus enormes y complejos ojos,

Y ahora levanta sus patas blancuzcas y lava cuidadosamente el rostro

Yergue las alas abiertas y vuela para lejos.

No sé qué es exactamente una oración.

Sé cómo prestar atención, cómo tumbarme

En la hierba, cómo arrodillarme en la hierba

Cómo estar parado y feliz, cómo caminar por entre los campos,

Que es lo que he hecho el día todo.

Dime, qué más podría haber hecho?

No mueren las cosas al final, y tan temprano?

Dime, qué planeas hacer,

con tu única, salvaje y preciosa vida?


sexta-feira, 7 de maio de 2021

Tratamiento no farmacológico del dolor

 

Mindfulness en el tratamiento del dolor 

El mindfulness, de raíces milenarias, está alcanzando mucha popularidad en los últimos años. La aplicación de esta terapia en dolor crónico comenzó en los años 80. El modelo de tratamiento fue conocido como mindfulness, basado en la reducción del estrés, y ha sido incorporado paulatinamente a las intervenciones en dolor crónico.1

El mindfulness (o atención plena) puede considerarse una filosofía de vida que incluye la práctica de la meditación, entendiendo la meditación como una actividad intelectual en la que se busca lograr un estado de atención centralizada en un pensamiento o sentimiento (felicidad, tranquilidad, armonía), un objeto (una piedra), la concentración propiamente dicha, o algún elemento de la percepción (los latidos del corazón, la respiración, el calor corporal, etc.). Este estado se recrea en el momento presente y pretende liberar la mente de pensamientos nocivos.

Practicar mindfulness significa creer que eso va servir para mejorar la calidad de vida en ciertos aspectos, pero no implica necesariamente creencias religiosas o espirituales. Es por eso que con frecuencia se utiliza el término Mindfulness para hablar sobre una especie de meditación basada en los principios de la ciencia. Una versión sistematizada y “aconfesional” de la meditación, capaz de ser moldeada por los descubrimientos científicos.1,2

Una investigación publicada en la revista Journal of Internal Medicine reveló que practicar media hora de mindfulness diaria alivia los síntomas de trastornos como la depresión o la ansiedad. Además, descubrieron que la meditación centrada (procedente de la práctica budista de concentración en el presente y ausencia de juicios de valor) podía tener efectos positivos en la percepción del dolor. Los resultados fueron validados incluso controlando el efecto placebo. Se reportó que el incremento del bienestar perduró hasta medio año.1,2

Se busca desarrollar la habilidad para estar conectado de modo flexible con lo que está pasando en el presente. Para que la conexión se produzca, el sujeto debe tener una actitud de aceptación de los contenidos mentales negativos asociados al dolor, con lo cual se espera minimizar las respuestas automáticas de afrontamiento.3

La práctica de la atención plena permite a la persona percatarse de que sus pensamientos y sentimientos son transitorios, siempre cambiantes y frecuentemente orientados ya sea al pasado (recuerdos negativos) o al futuro (preocupaciones), con el grado de estrés que eso involucra. El reenfocarse en la experiencia inmediata es lo que facilita contactarse con la calma del presente, sin quedar atrapados en pensamientos y sentimientos negativos. De esta forma se puede reducir el componente afectivo-cognitivo que amplifica la experiencia del dolor.3

Los métodos del mindfulness incluyen:

  • Meditación basada en la respiración
  • Meditación basada en el cuerpo (escáner corporal)
  • Caminar basado en la meditación
  • De forma complementaria se usan ejercicios de yoga para mejorar la conciencia del cuerpo, la resistencia y flexibilidad corporal. 

El programa de mindfulness basado en la reducción del estrés, tiene un formato grupal y se realiza en ocho sesiones de dos horas cada una. Este programa se cierra con una sesión de día completo intensiva. 3

En la actualidad se dispone de la información de metaanálisis respecto a la efectividad de las terapias basadas en mindfulness para dolor crónico, siendo sus resultados generalmente favorables. Estos estudios señalan que este tipo de intervención disminuye los síntomas de dolor, el estrés emocional y las visitas a servicios de salud primaria3