AUDIMA

viernes, 14 de abril de 2017

Modo ser hacer y el sistema del bienestar de los 3 de Paul Gilbert






Modos Ser y Hacer





Garcia-Campayo&Demarzo



Los sistemas neurológicos regulan nuestras emociones

Gilbert (2009) describió tres sistemas neurológicos básicos e interconectados que regulan nuestras emociones. Estos sistemas se configuraron con la evolución de nuestra especie y, por ello, tenemos una sensibilidad a ciertos estímulos que es producto de la genética, también se activan por condicionamiento a otros estímulos en las primeras etapas de nuestro aprendizaje.







3 sistemas emocionales principales 


Conferencia de Paul Gilbert (el autor de "Terapia enfocada en la compasión"), que realizó en Valencia.

Comparto uno de los esquemas sobre los 3 sistemas emocionales principales integrados con el modo hacer y ser, que utilizamos en nuestros programas de "Mindfulness para la salud" y "Mindfulness para estrés"

          (...)

El sistema de bienestar (calma-satisfacción)


El tercer sistema neurológico que Gilbert llama del “bienestar” lo disparan las conductas de afiliación, de cuidado y de vínculo. Lo llama así por el bienestar que se asocia a la activación de este sistema.

En la evolución de nuestra especie, las conductas de vínculo y cuidado especializaron este sistema para que se activara asociado a las situaciones en las que recibimos o damos cuidados, sentimos la amabilidad de los demás o se la damos y cuando hacemos/nos hacen favores. Todas estas conductas tienen cualidades calmantes que generan sentimientos positivos de bienestar, seguridad y conexión social.

La activación de este sistema produce una sensación de satisfacción que está asociada a una “calma” positiva, y a una sensación de bienestar que no es solamente una ausencia de amenazas y de tareas a realizar. Al igual que el vínculo seguro, fomenta nuestras capacidades creativas y de exploración. También está relacionado con los procesos reparadores de nuestro cuerpo.

Hay una idea fundamental que surge de la consideración de estos tres sistemas neurológicos que menciona Gilbert: las sensaciones de bienestar y de seguridad no surgen de la ausencia de amenazas, sino que aparecen asociadas a la puesta en funcionamiento de un sistema neurológico diferente: aquel que controla la cooperación social y que se activa con conductas asociadas al cuidado y a la conexión social.

El sistema del bienestar se activa:

Con el contacto físico. La hormona que utiliza es la oxitocina que se encuentra entre las endorfinas y las opiáceas. Es una hormona relacionada con los patrones sexuales y con la conducta maternal y paternal que actúa también como neurotransmisor en el cerebro. En las mujeres, la oxitocina se libera en grandes cantidades tras la distensión del cérvix uterino y la vagina durante el parto, así como en respuesta a la estimulación del pezón por la succión del bebé, facilitando por tanto el parto y la lactancia. También se piensa que su función está asociada con el contacto y el orgasmo. En el cerebro parece estar involucrada en el reconocimiento y establecimiento de relaciones sociales y podría estar involucrada en la formación de relaciones de confianza y generosidad entre personas. 

También se activa cuando somos conscientes de que los demás piensan positivamente de nosotros y se sienten dispuestos a ayudarnos. No basta que nos lo digan si su emoción no lo trasmite, es decir, si su conducta no verbal no lo corrobora. Entonces el mundo se convierte en algo seguro: sabemos que no nos van a atacar porque, si lo hicieran, tendríamos ayuda. Con las personas que nos llevan a ese sentimiento de seguridad podemos crear vínculos emocionales de colaboración, sexuales, de ayuda mutua, etc.

Relación entre los tres sistemas

Los tres sistemas no son independientes; se relacionan de forma compleja en la producción de la emoción que sentimos. Algunas relaciones:

El sistema de amenaza-protección es prioritario porque se trata de defender nuestra vida, por ello, cuando se activa inhibe los otros dos, por ello es difícil de desactivar. El de recursos-incentivos bloquea los sentimientos negativos asociados al sistema de amenaza-protección. La determinación en seguir nuestros valores por encima de las amenazas que sentimos es la mejor forma de desactivar el sistema de amenaza-protección.

La frustración del sistema recursos-incentivos activa inmediatamente el sistema de amenaza-protección produciéndonos la activación necesaria para superar los obstáculos que aparecen en la consecución de nuestros objetivos. La rabia surge para eliminar los obstáculos de nuestro camino. Aunque a veces la podemos reprimir, es una emoción natural cuando hay un obstáculo en nuestro camino hacia nuestros deseos o existe algo que nos hace daño.

El sistema de bienestar es un regulador interno de los otros dos sistemas. Una condición que favorece que se active el sistema de bienestar es que no estemos amenazados ni buscando recursos, es decir, que es más fácil que se active cuando no están activados los otros sistemas y cuando se activa, se desactivan los otros, pero la desactivación de los otros sistemas no produce el bienestar.




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